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«Todos los movimientos de luz esconden mucha oscuridad» (Charla con Jediael A. de Dompablo)


¿Cómo quieres que te presente en esta entrevista? Eres doble graduado en Filosofía y Ciencias Políticas, estás escribiendo tu tesis doctoral, ahora mismo te encuentras haciendo una residencia en Science Po... Yo prefiero definirme, como decía Baudelaire, como un paseante en París. ¿Qué piensas de la manera en que se ha escrito la historia del arte? Se cree que una nueva corriente artística siempre rompe con la anterior. Nos describen cada nuevo movimiento como antagónico al que le precede y al que le sigue. Con el tiempo ves que esas líneas desaparecen, en en arte todo es mucho más fluido. El cuadro de La muerte de Marat es considerada una obra neoclásica, pero es un tío que se está desangrando: huele a romanticismo.

Jacques-Louis David. 'La muerte de Marat'

Ocurre lo mismo en ciencias políticas. Por ejemplo, se describen dos modelos de nacionalismo: el étnico, típicamente alemán, basado en la lengua y la cultura compartidos; y el cívico, modelo francés, basado en la aceptación de una serie de normas. Pero hay mucho del étnico en el cívico y mucho del cívico en el étnico.

La Edad Media tampoco fue ese lugar oscuro que se pintó en el Renacimiento. Los movimientos de luz (el Renacimiento, la Ilustración...) tienen detrás una oscuridad tremenda. El Renacimiento describe la Edad Media como una época oscura entre dos épocas gloriosas, pero esto oculta mucha verdad. La Edad Media está muy bien representada en El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Tenemos dos figuras contrapuestas. Por un lado, están los monjes que creen que los fenómenos que están ocurriendo son obra del maligno y que está a punto de llegar el Apocalipsis. Por otro lado, está Guillermo de Baskerville, que entiende que hay una lógica, mira a Aristóteles para entender el presente y proyectar el futuro. En la Edad Media coexistían las dos cosas, no se ha perdido del todo la tradición grecolatina.

Escena de la película 'El nombre de la rosa'

De hecho, gracias a la labor de los copistas de los monasterios nos han llegado los clásicos griegos. Volviendo a El nombre de la rosa, uno de los personajes opina que su labor es reproducir a los clásicos, pues superarlos es imposible. “Lo que debemos hacer es copiar, no crear”. Guillermo, por el contrario, defiende la creación, sin dejar de estar a favor de los clásicos. Esta tensión entre copia y creación es una tensión fundamental de la historia del arte. Por ejemplo, es la tensión fundamental que existe entre el neoclasicismo y el romanticismo. Los neoclasicistas pueden llegar a caer en posiciones reaccionarias: consideran que hay que copiar constantemente hasta llegar a una técnica perfecta. Estos problemas están desde el inicio del arte, desde Platón: mimesis vs creatio. El Barroco también es una etapa de muchas contradicciones. Y en España esto se aprecia muy bien. Por un lado, es el Siglo de Oro y a la vez empieza la decadencia: el imperio entra en quiebra y hay una gran crisis social. La luz y la sombra, el claroscuro, podemos decir que es en España donde más profundamente se desarrolla el Barroco.

Velázquez. 'Vieja friendo huevos'

España no era entonces el país atrasado que nos han contado, tenemos autores que dicen lo mismo que Descartes un poco antes. Hay esplendor cultural (Cervantes, Calderón, Velázquez…), pero también decadencia. Eso se ve en el arte: los artistas reflejan esa crisis.

El Barroco en Francia fue distinto, evolucionó al rococó: lujos, excesos… ¿Por qué? Es complejo, pero podríamos decir que el Estado se ha conformado en torno al rey absoluto y este monarca necesita tener a su corte muy cerca, en una pequeña jaula para que no conspiren otra él: son personas con gran poder y dinero y se aburren. El arte es entonces reflejo de ese aburrimiento. Se aburren y quieren hacer cosas ostentosas. Importa la apariencia, no la esencia.

Y entonces comienza la Revolución francesa… Aparece una burguesía que se cuestiona el orden establecido y dice “hasta aquí”. Supone el paso a la modernidad, donde todo se transforma. La Revolución quiere romper con todo la anterior y quiere que la realidad se ajuste a las nuevas ideas del racionalismo y la Ilustración. Pero estas ideas sobre la razón llegan a un punto de desarrollo que… Tomo prestadas las palabras de Goya: “El sueño de la razón produce monstruos”. Los inicios de la Revolución son ese sueño y acaba produciendo monstruos.

Goya. Detalle de un grabado de la serie 'Los caprichos'

Estamos hablando de la guillotina y el terror. Se ve perfectamente en los jardines de París: todos los árboles tienen el mismo corte, formando figuras geométricas, racionalistas. Esa es una lógica neoclásica: todo igual, y que ningún seto tenga una rama que sobresalga porque entonces hay que cortar. Es distinto a los parques británicos, donde se deja que todo crezca como sea. Cuando se quiere acomodar la realidad a un sistema ideal, a una utopía, se acaba por deshumanizar, porque lo humano es real, las ideas son ideas.

El neoclasicismo es el arte de la Revolución, y lo será después del imperio de Napoleón. En la lógica academicista la perfección no está en la creación, sino en la repetición, copiar a los griegos y sus ideales de geometría, orden. Después llega el romanticismo... Sus inicios están en Alemania. Podemos hablar de geopolítica del arte: Napoleón es el héroe que defiende los ideales de la Revolución francesa (y, por tanto, del neoclasicismo) por toda Europa, y los alemanes quieren encontrar una alternativa a través de la cultura. Vuelven a la tradición, a lo sentimental.

Friedrich. 'El caminante sobre el mar de nubes'

¿Qué es para ti el arte? Tengo una visión muy romántica y existencialista. El arte es lo no cotidiano, es lo que te rompe, lo que te hace sentir. Es lo que te saca de tu estado de normalidad: un encuentro con la muerte, con la propia conciencia; una ruptura biográfica, cuando te dejan… La representación de todo eso. Eso mueve el espíritu.


¿Con qué artista te quedas? Yo, contigo. Peloteo a parte… El Don Juan de Zorrilla ha condicionado mi experiencia estética y todo lo que hago, por ejemplo en teatro. Respecto a la pintura, nada me ha hecho sentir como El Angelus de Millet. Algo así como el síndrome de Stendhal, aunque no me desmayé. Ser capaz de sentir esto es lo que nos convierte en humanos.

Jean-François Millet. 'El Angelus'

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