top of page

«No darse el título de artista es eludir una responsabilidad» (Charla con Adriana Galindo)


Artista brasileña especializada en acuarela desde hace 20 años... ¿Qué mueve a Adriana Galindo?


Necesito de deseo y de inspiración para trabajar. Cuando la pasión por un tema se me agota, necesito cambiar, aunque el arte siempre está presente en mi vida. Durante 11 años, entre 2000 y 2011, trabajé en educación artística en museos y en producción cultural.


Desde hace 10 años produzco ininterrumpidamente, haciendo siempre aquello que siento. Soy movida por mis sentimientos y anhelos.



Además del deseo y la inspiración, ¿es necesaria la disciplina para producir arte?


Sí. Hay que tener disciplina, estudiar… Pero para mí la disciplina no consiste solo en hacer y hacer, sino también en obligarse a parar cuando es necesario. Muchas veces no tengo inspiración ni ganas, y entonces voy en búsqueda de otras cosas: viajar, hablar con otras personas, ver...


Antes pensaba que todo lo que tenía que hacer era sentarme y pintar, pensaba que esa era la solución para todo, incluso si no tenía ganas en absoluto. Aun así, y a pesar de que lo sé perfectamente, siempre caigo en la trampa de forzarme. Exige disciplina respetar los momentos.


Breath in the air. 2021

¿Por qué la acuarela?


Es fluida, es transparente, es imposible controlarla al 100%. Me encanta la pintura a través de manchas, que son una sorpresa en el proceso. Sé como manejar el agua y la mancha, pero nunca sé como será el resultado final, aunque sepa controlar el proceso.


Me gusta trabajar en formatos pequeños. Experimenté los grandes formatos con acrílico y con óleo, pero hoy por hoy eso no me llama.



¿De dónde sacas la inspiración, los temas?


De mis sentimientos: el sufrimiento, la tristeza... Aunque no creo que las personas lean eso en mi trabajo.


Me encanta pintar flores y cuando empecé a pintar acuarela empecé con flores, pero no son reales, las invento. Se parecen a algo, pero no las pinto con un modelo de referencia. Cuando no tengo inspiración o estoy muy triste vuelvo al tema de las flores: me he dado cuenta, hace pocos meses, de que lo hago como búsqueda de mí misma, para conectar conmigo misma. Pinto flores para relajarme, encontrarme de nuevo.


En momentos de mucho dolor he realizado autorretratos de mi cuerpo y esas pinturas son más profundas, a pesar de que la mancha, la pintura, es ligera. Creo que no consigo ser violenta en mis trabajos, y a veces quiero.


Hace 4 años que el tema de la figura humana me inspira.


Série BP, n.7 - lobo. 2018

Has vivido en España una temporada. ¿Qué diferencias hay con Brasil?


Todo. Por ejemplo, y pasa en toda Europa, cuando estás pintando en la calle, como yo pinto en acuarela, la gente se acerca con curiosidad y mira, pero no es una sorpresa para ellos. No es algo que vean hacer por primera vez, hay costumbre de ver arte, de ver a alguien dibujando. Aquí en Brasil, si sacas tus pinceles todo el mundo te pregunta qué es eso, porque aquí la desigualdad social es mucho más grande.


Por otro lado está la violencia: aquí no hay tantos espacios seguros donde sentarse a dibujar, por lo que los artistas normalmente trabajan en sus talleres. ¡En Madrid hay muchísimas quedadas para pintar en la calle!


Otra diferencia son los precios. En Madrid fui a clases de acuarela y pagaba unos 70 euros al mes. Y si pienso en el salario mínimo en España, se trata de un porcentaje mucho menor que en Brasil. Aquí en Brasil costaría 300 reales y el salario mínimo es 1000 reales (un 30 por ciento). La diferencia es enorme.


Aquí también son muy altos los precios de los materiales.



¿Qué es lo peor de dedicarse al arte?


Las crisis. Son difíciles. Cada vez que me ocurre una pienso que no voy a conseguir pintar de nuevo.


Otra dificultad es vender, sobrevivir. El arte no es visto como un trabajo. Es visto como un hobby, que solo necesitas amor y pasión para hacerlo. Eso sí, la valoración empieza por nosotros mismos, los artistas.


Alchemy. 2018

¿Cuándo se da una el título de artista?


Cuando tiene valor, coraje. Al decir “dibujo, pero no soy artista” en el fondo te quitas una responsabilidad, un peso de encima.



¿Qué es para ti el arte?


Es una forma de expresión humana fundamental. Por eso siempre ha existido. No solo aporta belleza, también nos hace más humanos, nos une como personas. El arte nos hace pensar, reflexionar y con él se puede hablar de todo: tristeza, alegría, odio, política


Pero concibo el arte en un sentido amplio. El dibujo y la pintura son solo una forma más de expresión artística. Hay quien necesita de esa técnica, mientras que para otros la expresión pasa por cuidar a otras personas, por ejemplo.


Cuando pinto una obra siempre espero que alguien sea tocado por ella. Sé que el receptor puede darle un significado distinto al que le he dado yo. En eso consiste el arte, en generar una creación destinada a expresar a algo y que alguien se vea movido por ella, que le genere una experiencia de tipo emocional.


Série BP, n.6 - asas. 2018

¿Cómo pones precio a tu trabajo?


Estudio los precios de personas que pintan cosas similares a mí, el precio de mercado. ¡Al hacerlo muchas veces descubro que cobran menos o mucho más que yo! Además siempre pienso: "¿estoy contenta con este precio?, ¿siento que estoy recibiendo lo que merezco?"


Muchas veces trato de valorar el tiempo que tardaré en realizar la obra, aunque siempre se calcula mal, a la baja.



Y muchas veces el cliente no entiende el proceso y, por tanto, cuántas horas te llevará realizarlo...


Desde que el cliente te dice que quiere algo, pasas una hora o más charlando con él para asegurarte de entender lo que quiere, después te pones a pensar cómo lo vas a representar. Se suceden días en los que piensas constantemente en el tema, incluso aunque estés haciendo otras cosas. Cuando empiezas los bocetos ya está la idea preparada dentro de ti y hacer la pintura es la parte más técnica.


Hace poco estuve trabajando 22 días en un encargo: no se trata de 22 días pintando sin levantarme de la silla. Es muy común que la gente te pregunte cuánto has tardado en hacer la pieza y se refieren al tiempo de ejecución, pero no consideran el tiempo empleado en elaborar la idea. Además, al acabar tomas fotos de la obra, haces un vídeo para redes sociales, imprimes un certificado, embalas el cuadro, vas a Correos y haces allí cola por una hora para enviarlo... Por no hablar de la gestión de los impuestos.


Baile. 2020

¿Qué es lo peor de los encargos? ¿Y lo mejor?


Lo peor es la presión que nos ponemos a nosotras mismas.


Cuando recibo un encargo, lo estudio mucho antes de decidir si voy a hacerlo o no. Sin embargo, el cliente quiere algo mío porque ya ha visto mi trabajo. Pero la autoexigencia que me impongo es difícil de gestionar. La presión es todavía mayor cuando el encargo consiste en un retrato. Me preocupa que la persona no se vea en él.


Tengo suerte porque nunca un cliente me ha rechazado la obra al acabar el encargo. Creo que es porque a los clientes que me buscan les gusta mi estilo y lo desean en la pintura. Además, les explico que el encargo tendrá mi estilo y no será un retrato realista, por ejemplo. Exijo libertad para crear y producir.


Entiendo que haya muchos pintores que no hacen encargos, que tal vez lo hicieron en el pasado y ya no lo hacen. Hay muchísima más presión que cuando hacemos una obra propia. Cuando hago una obra propia no tengo plazos, no tengo a nadie que tenga que validarlo.


Meninas. 2019

¿Qué consejo darías a alguien que está empezando?


Lo que te dije a ti cuando empezaste: valora tu trabajo, no lo regales, entiende que es trabajo. Además, es importante tener paciencia, el aprendizaje es un proceso largo.


También añadiría que no hay que compararse con los demás, no hay que querer ser como otra gente. Instagram y las redes sociales nos traen algo horrible: la comparación (y más ahora, que emocionalmente estamos tocados por la pandemia). Vemos a otros artistas trabajando, produciendo, y podemos pensar "soy una impostora" o "no soy tan buena". Eso le pasa a muchos colegas míos. Hay que tener cuidado con las redes sociales, en pandemia o fuera de pandemia.



Me has recordado mis inicios... Hace justo dos años fui contigo a comprar mi primer material, mis acuarelas. Mucha gente me dice que no puede creer que empezara a pintar hace solo dos años...


Pintabas de niña, tu artista estaba dormida, no muerta. Cuando quedan brasas casi apagadas en el fuego y soplas se encienden.


De tu proceso, lo que más me gusta es tu valor, la manera en que te entregas a probar cosas nuevas. Estás probando de todo.


Pero además, muy temprano cambiaste el chip de "no puedo cobrar a alguien por lo que hago" y empezaste a poner precio y vender tu obra. A diferencia de muchos otros artistas, tú empezaste a valorar tu trabajo muy temprano, y eso es algo muy bueno.


Es difícil cambiar cosas que hemos interiorizado: un artista es pobre, no tiene para comer, es vanidoso… No hay connotaciones positivas en la palabra artista ¡Nada! Ningún padre dice "quiero que mi hija de mayor sea artista", dice "quiero que sea ingeniera". Siempre escuchamos cosas muy negativas sobre ser artista y eso nos condiciona, nos avergüenza.


Meu pai e eu. 2020

Puedes seguir a Adriana en su Instagram o visitar su página web.

bottom of page