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«La pintura neoclásica se aproxima a lo que es hacer cirugía plástica» (Charla con Marcio Milman)


Cirujano plástico y artista. ¿Qué más es Marcio Milman?


Un ser espiritual que en el plano físico trata de realizar su propósito vital: traer belleza y armonía al mundo. A lo largo de los años di con mis dos medios para practicar ese propósito: el arte y la cirugía plástica.



¿Cómo se relacionan tu espiritualidad y tu vocación artística?


Primero de todo, la pintura me permite establecer una relación especial con mis antepasados. Mi bisabuelo llegó a Río de Janeiro desde Rumanía, donde él ya era pintor y tenía un taller muy grande. Un judío migrante en el periodo de entreguerras. En Río instaló su taller en el centro, donde hacía copias de pinturas importantes, además de sus propias creaciones. Su hija, mi abuela, también fue pintora. Y ese don me cayó a mi.


Cada vez que pinto noto que están conmigo. No sé si son ellos realmente (creo en la vida después de la muerte) o algo de su energía, que he heredado en mis genes.


Jacques-Louis David. 'Patroclo'

Se establecen conexiones trascendentales de muchos tipos durante el proceso de pintar...


Exactamente. También conectamos espiritualmente con los maestros que nos influyen. Cuando nos concentramos, podemos capturar parte de su energía, espiritual o cuántica o como quieras llamarla.


Es en esos momentos cuando se entra en un estado de meditación. Pero eso, que me ocurre al pintar, no me pasa cuando opero, pues ahí no puedo abstraerme del momento presente, tengo que estar atento a todos los detalles del proceso quirúrgico. En la pintura te puedes dejar llevar y desconectar del mundo físico.



Pero tanto operando como pintando entras en lo que llamamos experiencias de flujo...


Sí, mi flujo de energía cuando pinto y cuando opero es exactamente el mismo. Pero hay una diferencia: cuando estoy pintando no quiero música, no quiero escuchar nada, entro en un estado de meditación total. Sin embargo, cuando estoy operando no puedo hacerlo en completo silencio, necesito música en el quirófano (música tranquila, popular brasileña). Eso sí, no puedo concentrarme con gente hablando alrededor.


Rubens. 'Venus ante el espejo'

A pesar de tener una vocación temprana por el dibujo y la pintura, decidiste estudiar medicina. ¿Por qué?


Siempre fui el artista de la clase, desde pequeño, y a los 17 años quería estudiar diseño industrial. Pero entonces llegué a Estados Unidos como estudiante de intercambio y allí tuve la oportunidad de estudiar biología y a la vez practicarla: microscopios, disecciones... Me enamoré.


Tanto el arte como la ciencia siempre me habían gustado mucho. Quería saber más de biología, por lo que decidí estudiar medicina, y como siempre me había interesado el arte, lo tuve claro: cirujano plástico.


Durante los muchos años de estudio de medicina y cirugía no tuve contacto con la pintura. Aunque de vez en cuando hacía algún dibujo y la gente sabía que yo dibujaba bien.



¿Nunca quisiste estudiar pintura al menos en tu tiempo libre?


Lo intenté. Acudí muy joven a formarme en academias, pero en los años 80 lo que se valoraba y enseñaba en Río era el arte de vanguardia, abstracto...


A mí me interesaba el arte clásico, yo quería pintar esculturas de yeso. Incluso estudiando en la mejor academia que había en Río recuerdo que a los 14 años, dibujando de modelo vivo, el profesor me decía "suelta la mano". Lo que yo quería es que me dijeran cuál era la técnica, cómo se hacían los trazos, cómo se lograban las proporciones correctas... Así que abandoné.



¿Y cómo te reencontraste con tu pasión por el arte?


Seis años después de haberme convertido en cirujano llegué a Madrid para vivir una temporada y visité sus museos. También fui a Holanda, a la tierra de Rembrandt... Esas visitas movieron dentro de mí la sangre de mi vena artística. Decidí empezar a pintar y busqué una buena academia allí en Madrid donde aprender a dibujar y pintar a la manera clásica. Después volví a Río y ya no paré de pintar.


Angelica Kauffmann. 'Dibujo'

¿Cuánto hay de arte en la cirugía plástica y viceversa?


Qué bonita pregunta. Creo que se retroalimentan mutuamente.


Cuando empecé a pintar y dibujar, para mí era fácil porque ya como cirujano estaba entrenado en aplicar unas técnicas, en seguir un proceso determinado. Al mismo tiempo, el dibujo me permite, en una intervención quirúrgica, ver proporciones, equilibrio, armonía... con mucha facilidad. Una mirada estética es distinta a una mirada técnica, y en la búsqueda artística, de armonía, me ayuda el arte.



¿Y en qué se diferencian ambas disciplinas?


Hay una diferencia fundamental: cuando operas un cuerpo no puedes crear, hay que aplicar totalmente la técnica, aunque te apoyes en el ojo artístico. En pintura eres libre, puedes modificar proporciones... lo que tu obra te pida.


La cirugía te pone el límite de la anatomía humana; el arte no, salvo el arte neoclásico, que para mí es el que más se aproxima a lo que es hacer cirugía plástica. La comparación no es del todo exacta, claro: Ingrés deformaba el dibujo aunque fuera un neoclásico, y lo hacía para que la figura fuera más armoniosa. Y eso no lo podemos hacer en cirugía, tenemos que respetar la anatomía dada.


Velázquez. 'Venus del espejo'

Entonces no te puedo pedir que me dejes como la Venus de Botticelli...


¡Jamás!



Me llama la atención que la mayoría de personas con mucha cirugía plástica en la cara acaban teniendo exactamente el mismo rostro, que además se ve muy artificial...


En las personas muy bien operadas, eso no se nota, por ejemplo, Jennifer López. Están artísticamente bien operadas. Sin embargo, hay muchas otras en las que se sigue un mismo patrón: se tira mucho de la piel, se rellena mucho la cara, se ponen altos los pómulos... Eso se llama armonización facial, y es horrible.


El cirujano tiene que sacar la belleza de la persona, no meterla en un patrón.


Jean Simon Berthelemy. 'Muerte de Gladiator'

¿Podríamos decir entonces que el cirujano es más un escultor que un pintor?


Sí, pero en las marcaciones que hacemos antes de la intervención hay mucho de dibujante, y luego sí, somos más escultores porque tenemos que trabajar la tercera dimensión. Y tener el raciocinio espacial. Si reducimos una mama, hay que destruir la forma de la mama y luego hay que moldearla otra vez a su cono natural. Eso es totalmente escultura.



¿Hay diferencia entre lo que se busca en cirugía en Latinoamérica y en Europa?


Antes de la globalización y de la llegada de Internet había más diferencia. Ahora las técnicas suelen ser las mismas en todas partes. Por ejemplo, en rinoplastia son los turcos quienes marcan las coordenadas. En cuanto a cirugía facial, los estadounidenses. De cuerpo eran los brasileños aunque ahora se ha mezclado con técnicas norteamericanas.


Eso sí, en cada país se tiene un patrón de belleza distinto, y los cirujanos normalmente se adaptan a él.



¿Qué se pide por el mundo?


En mujeres, por ejemplo, en Italia y España se busca el pecho grande. En Brasil no se quiere el pecho tan grande, pero el culo sí, y la cintura muy estrecha. Las norteamericanas quieren el pecho muy grande y la nariz muy fina. Las francesas quieren que todo sea natural, y un cuerpo delgado.



¿Los cánones de belleza en el arte han condicionado los cánones que se buscan en cirugía?


La pintura y la escultura clásicas creo que no han influido. El cine sí. Las grandes actrices han marcado muchas tendencias. Angelina Jolie es una de las más importantes. Además, ella no sólo ha sido importante a nivel estético, sino también en la función preventiva y reparadora de la cirugía: cuando supo su alta probabilidad genética de padecer cáncer de mama, se extirpó las glándulas, con la correspondiente reconstrucción posterior.


En cualquier caso, cada persona busca al final su propia idea de belleza y para sus propias características faciales y corporales.



(Podéis ver la obra de Marcio en su Instagram: @milmanarte)

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