"Velázquez, él sólo, ya merece el viaje a Madrid"
Édouard Manet
Todos los pintores que vinieron después de Velázquez lo han admirado, en especial los impresionistas franceses, que viajaron a Madrid para estudiarlo.
Manet llegó a declarar que era el pintor de pintores. Toulouse-Lautrec opinó: "sólo existe un pintor, Velázquez". Y Renoir dijo: "visto a Velázquez, pierdes el deseo de pintar, porque comprendes que está todo dicho".
Pero ¿qué hizo Velázquez para seducir e influir tanto a los pintores modernos? Lo hizo todo: innovó, cambio el modo de pintar al óleo, nos dió la forma en que pintamos actualmente, alcanzó el máximo realismo con el menor esfuerzo...
Cuando Velázquez pintó a Felipe IV por primera vez tenía veintitrés años. El rey quedó tan satisfecho que lo nombró pintor de la Casa Real. Esto permitió a Velázquez estudiar todos los días la colección de pinturas de Palacio, entre las que había muchas de Tiziano.
Como contábamos en otro post, Tiziano fue el fundador de la pintura moderna. Fue el primero en aplicar colores amarronados y oscuros en sus cuadros, para acercarse más a los tonos que vemos en la realidad, y fue el primero en aplicar pinceladas de óleo densas.
Para Velázquez, Tiziano era el mejor y más importante de los pintores. Admiraba su pincelada y su alternancia de luces y sombras.
Al igual que Tiziano, Velázquez no hacía un dibujo minucioso antes de comenzar a pintar, sino que hacía un boceto rápido e iba pintando y dibujando al mismo tiempo (como hacemos hoy en día).
Otra importante influencia para Velázquez fue Rubens, que dió con un método para pintar aún más deprisa de lo que lo hacía Tiziano. Rubens llevó más allá el uso de los empastes (pinceladas densas de óleo) y no esperaba tiempos de secado. Empezaba y terminaba un cuadro en una sesión continuada (de nuevo, como hacemos hoy en día).
El empastado de Velázquez, que tanto ha influido en la pintura moderna, era la consecuencia de una aplicación conjunta de las técnicas de Tiziano, Rembrandt y Rubens: pincelada libre, ancha y densa y dominio del color.
Podemos decir que Velázquez fue el primero en pintar como un impresionista.
Mira la cabeza de la Infanta Margarita en Las Meninas: las pinceladas son grandes, seguras y están aplicadas con libertad. El pelo está pintado con manchas que de cerca no dicen nada, pero de lejos tienen una apariencia extremadamente realista.
En el siguiente detalle de uno de sus cuadros, podemos ver cómo sintetiza los ojos y la nariz en manchas que no están definidas ni trabajadas en detalle, como un maestro del impresionismo:
Mira el manchón con el que hizo la cara de esta hilandera, y se quedó tan pancho:
Hay una tercera influencia muy importante para Velázquez y que aprendió en Italia. Se trata de la perspectiva aérea o atmosférica, que ya se aplicaba en los frescos de Pompeya y que fue rescatada por los artistas del Renacimiento. Leonardo da Vinci acuñó el término, y Velázquez, tiempo después, perfeccionó la técnica.
Da Vinci explicó en sus tratados en qué consistía la perspectiva aérea. Menciona que un objeto es percibido menos nítido cuanta más distancia haya entre el mismo y el ojo del espectador. Es decir, que se debe disminuir la nitidez de los elementos u objetos pintados cuanto más lejanos estén. Si en un cuadro se trabajan con mucho detalle los objetos lejanos, parecerá que se encuentran más cerca.
Los objetos alejados no sólo se ven más borrosos, también se ven más claros y más azulados. Observa cómo vemos las montañas en el horizonte: siempre más tenues en color y más azuladas. Esto se debía, explicaba Da Vinci, a que el aire de la atmósfera que se situa entre nosotros y el objeto va dando sus colores a dicho objeto cuando más alejado está. Mira cómo Leonardo aplica esto en La Gioconda.
Pintando las escenas lejanas con colores pálidos y azulados y con menos detalle, logramos que los objetos alejados parezcan efectivamente lejos, es decir, logramos profundidad.
Fíjate cómo emplea Velázquez la perspectiva aérea en su cuadro Las hilanderas:
En Las hilanderas se aprecian todas las innovaciones y virtudes de Velázquez: los colores amarronados, las pinceladas anchas y libres, la perspectiva aérea... Mi cuadro favorito.
Y a ti, ¿qué obra de Velázquez te gusta más? Para conocerle un poco más, no te puedes perder este libro.