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¿Por qué se sigue utilizando la paleta de color de las pinturas de Altamira?


Las pinturas de Altamira fueron realizadas durante el Paleolítico superior, en un arco que va desde hace 35.600 hasta hace 13.000 años. Están hechas con pigmentos minerales, como el ocre y el óxido de hierro, y orgánicos, como el carbón vegetal.


Son pigmentos que aún se utilizan hoy en día y algunos empezaron a usarse incluso antes de la aparición de nuestra especie. Se ha registrado el empleo de ocre por homínidos sudafricanos con una antigüedad datada en 270.000 a 170.000 años. ​También se ha encontrado ocre preparado como pigmento en asentamientos de Neandertal, aunque se desconoce con qué finalidad lo utilizaban.


Bisonte magdaleniense de las cueva de Altamira

Si observamos los bisontes de Altamira, vemos que los colores nos son muy familiares: amarillo ocre, rojo y negro. Esto no se debe solo a que tenemos grabadas en la mente las imágenes del imponente arte rupestre, sino también a que la misma paleta de color no ha dejado de tener vigencia nunca y está presente en multitud de cuadros de todos los museos.


A medida que transcurría la Historia, distintas civilizaciones y culturas fueron obteniendo y elaborando nuevos pigmentos de colores cada vez más llamativos, como los que podemos observar en las pinturas murales del Antiguo Egipto.


Sin embargo, en la Antigua Grecia se popularizó el uso de una paleta muy reducida, de cuatro colores, que consistía en añadir blanco a la que ya teníamos en Altamira (ocre, rojo y negro).


'Mosaico de Issos' o 'Mosaico de Alejandro Magno', en Pompeya

Plinio el Viejo escribe en su libro de Historia natural: "Cuatro colores únicamente -de los blancos, el de Melos; de los ocres, el ático; de los rojos, el de Sínope de Ponto; de los negros el atrementum- pintaron aquellas obras inmortales Apeles, Etión, Melantio y Nicómaco, pintores celebérrimos".


Apeles fue un artista de la época de Alejandro Magno (siglo IV a.C.). Fue el principal defensor de la paleta tetracolor (el tetrachromatikón), con la que podía obtenerse una amplia gama de colores, incluidos los tonos de la piel. De ahí que ésta pasase a denominarse 'paleta de Apeles'.


Ninguna de sus pinturas ha llegado a nuestros tiempos, aunque se cree que el Mosaico de Alejandro Magno de Pompeya (foto más arriba) fue copiado de una pintura de Apeles.


Tiziano. Detalle de 'Ninfa y pastor'

Aunque las pinturas de los griegos no han sobrevivido, si lo ha hecho la paleta, que volvió a ser muy relevante en el último periodo del Renacimiento y en el Barroco de la mano de grandes maestros como Tiziano y Rembrandt.


La paleta de Apeles se popularizó a partir del siglo XIX bajo el nombre de 'paleta de Zorn' por el uso que hacía de ella el pintor sueco Anders Zorn (1860-1920). Sus colores eran blanco, amarillo ocre, rojo bermellón y negro marfil.


Pero, ¿por qué esta paleta se ha usado y se usa tanto?


Anders Zorn. Retrato de las hijas de Ramon Subercaseaux

La primera razón es la facilidad con que se encuentran los pigmentos que la componen y lo baratos que son. Como ya hemos dicho, se trata de pigmentos minerales u orgánicos que siempre se han tenido muy a mano: óxidos de minerales, carbón...


Otro de los factores que abarataba el coste de esta paleta es la ausencia del azul, que hasta hace relativamente poco se obtenía del lapislázuli, un mineral muy caro, como comentábamos en este post sobre la Capilla Sixtina y Miguel Ángel.


Ahora bien, aunque no tiene azul, pueden obtenerse matices azulados. ¿Cómo? El pigmento negro no se encuentra nunca en una pureza del 100%, sino que se trata de una especie de azul muy muy oscuro. Este carácter azulado es más perceptible cuando se le coloca al lado de colores con los que contrasta.


Bego Blázquez. Estudio en acuarela

Se trata, por tanto, de una paleta de colores primarios (amarillo, rojo y azul) donde el azul es sustituido por el negro.


Pero no solo falta el azul, sino también el verde y el morado, tres colores muy usuales y útiles en pintura.


Como decíamos, al no ser el negro nunca de una pureza total (o porque no es posible o porque obtenerlo no sería económicamente rentable para las casas fabricantes), al mezclar este negro con el amarillo ocre se obtiene un verde. Y mezclándolo con el rojo un morado. Puedes observarlo aquí:

Desarrollo de la paleta de Zorn

Si bien los azules, verdes y morados que se pueden conseguir con esta paleta son poco brillantes (apagados) funcionan muy bien cuando se sitúan en el lienzo al lado de colores con los que contrastan. Observa más arriba el 'Retrato de las hijas de Ramon Subercaseaux', de Anders Zorn.


Por tanto, esta paleta contiene los tres colores primarios (amarillo, rojo y azul), que permiten obtener los tres colores secundarios (naranja, verde y morado) y, con ellos, una amplia variedad de mezclas.


Además, posee dos colores fríos (y neutros), el negro y el blanco, y dos colores cálidos, el amarillo y el rojo. Este contraste de fríos y cálidos permite obtener lo que llamamos contraste por temperatura.


Bego Blázquez. Estudio de Rembrandt

En cuanto al contraste por valor tonal (el grado de oscuridad o luminosidad de un color) también está presente: tenemos negro (muy oscuro), rojo (de oscuridad media) y amarillo y blanco (luminosos).


Por tanto, estos cuatro colores permiten trabajar con una gran variedad de tonos, matices de color y contrastes.


En la actualidad, el pintor más relevante que utiliza esta paleta es el noruego Odd Nerdrum:


Odd Nerdrum. Meditations nº3

Si esta paleta se sigue usando hoy en día no es solo porque sea muy económica, sino porque es también muy versátil, al tiempo que reduce para la persona que pinta el número de decisiones a tomar sobre qué colores utilizar y obtener.


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